Baterías de segunda vida
Un paso hacia la sostenibilidad y la eficiencia económica
Las baterías de segunda vida representan una solución innovadora y sostenible en el ámbito del almacenamiento energético.
Tras su ciclo de vida principal en aplicaciones de alta exigencia, como los vehículos eléctricos, estas baterías aún conservan una capacidad operativa significativa que las hace perfectamente aptas para otros usos menos demandantes.
Lejos de convertirse en residuos, estas baterías encuentran una nueva utilidad, principalmente en aplicaciones estacionarias como el almacenamiento de energía renovable (solar y eólica), sistemas de respaldo energético y soluciones de autoconsumo tanto en entornos residenciales como industriales.
¿Cómo se obtienen las baterías de segunda vida?
Un proceso clave para la economía circular
Este proceso de adaptación garantiza la eficiencia y seguridad de la batería en su segunda vida.
Recogida
El punto de partida es la retirada de las baterías de vehículos eléctricos al final de su vida útil, tras un siniestro o incluso por deficiencias detectadas en los procesos productivos.
Selección y reacondicionamiento
Se seleccionan las unidades que aún cumplen con los umbrales de capacidad y seguridad necesarios para una segunda vida. Estas baterías seleccionadas pueden someterse a procesos de reacondicionamiento, que incluyen reparaciones menores, limpieza y, en algunos casos, la reconfiguración de sus módulos para optimizar su rendimiento en la nueva aplicación.
Evaluación y clasificación
Cada batería se somete a un riguroso diagnóstico técnico para medir con precisión el estado de salud (SoH) de cada celda o módulo.
Adaptación e integración en nuevos sistemas
Las baterías reacondicionadas se ensamblan en nuevos sistemas de almacenamiento energético, diseñados específicamente para sus características y el uso final previsto.
Un doble impacto positivo, una inversión inteligente
La apuesta por las baterías de segunda vida no solo es una decisión inteligente desde el punto de vista medioambiental, sino que también ofrece importantes beneficios económicos.
Ventajas económicas
- Reducción de costes Las baterías de segunda vida ofrecen una alternativa más económica a las baterías nuevas en sistemas de almacenamiento energético, lo que permite reducir los costes entre un 30% y un 60%.
- Inversión más eficiente Las baterías de segunda vida ofrecen un rendimiento perfectamente adecuado a un coste significativamente menor en muchas aplicaciones estacionarias, donde no es necesario utilizar baterías con rendimiento máximo.
- Accesibilidad a nuevas soluciones Nos comprometemos a ofrecer productos y servicios de la más alta calidad, garantizando la seguridad y el rendimiento de nuestras baterías de segunda vida, respaldadas por nuestros rigurosos procesos de ingeniería y producción.
Ventajas medioambientales
- Reducción de residuos peligrosos Reducción de envío de baterias residuos a vertederos o a procesos de reciclaje complejos, mitigando los riesgos ambientales asociados a estos desechos.
- Aprovechamiento eficiente de recursos valiosos La reutilización maximiza el valor de los materiales y la energía invertidos en la fabricación inicial de la batería, evitando el desperdicio de recursos.
- Menor dependencia de materias primas críticas Prolongar la vida útil de las baterías reduce la presión sobre la extracción de materias primas críticas como el litio, el cobalto y el níquel, y por lo tanto, la dependencia de países externos.
- Reducción de la huella de carbono La reutilización requiere mucha menos energía que la fabricación de baterías nuevas, lo que se traduce en una reducción considerable de la huella de carbono.
- Impulso a las energías renovables Las baterías de segunda vida para energía renovable son una solución ideal para el almacenamiento de la energía la solar y eólica, facilitando su integración en la red eléctrica y acelerando la transición hacia un modelo energético más limpio.